martes, 27 de marzo de 2012

El sol

Honestamente creía que siempre sería tuya. Que mi corazón bombearía eternamente al son de la búsqueda incansable de tu presencia, que seguiría negando la ausencia y nunca dejaría de imaginar tu olor en mi almohada, tanto lo imaginé algunas noches que durante segundos me pareció oírte susurrar.
Hubo meses que estuve atrapada en un bucle, en tu pozo,y en su momento llegue a creer que la oscuridad seria eterna, que este odio por ti me consumiría.Deambulaba perdida buscándote en las calles, en un laberinto sin ventanas y con tus ojos lejos, pero siempre vigilantes. Como si nunca me abandonaran, clavados en unas pupilas desgastadas de olvido demasiado efímero.
Lo que mas me costó superar es este odio gigante que juega a querer comerme, no lo pudiste evitar. Esto no.


Pero con el tiempo, sale el sol. La luz del día se filtra por mi ventana, y tus ojos desaparecen y eso me demuestra que existe mucha gente ahí fuera, muchísima, y que la mayoría son mejor que tu. Y ese amor incondicional se transforma en decepción, mi visión por ti cambia y ya todo es diferente,no te siento cerca y por una vez, esta mejor así.
La venda a caído, y no la del auto-engaño, sino la de la idealización. Y ahora puedo recordar nuestra historia tal y como paso, con sus pros y sus contras y quizás no es tan bonita como quise recordarla, tampoco pienso que exista nadie tan especial como yo a ti te pinté en mi cabeza, llena de unos colores que jamás tuvieron nada que ver con tu tonalidad, solo exageré.


Así que esas noches que creía imposible remontar el vuelo quedaron atrás y lo que antes me ahogaba ahora puedo hasta reírme. 
Porque tarde o temprano, todo termina, siempre. 
Por muy alta que pueda parecer algunas veces la cuesta.

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