Como el mar cuando esta en calma después de la tempestad. Así me siento desde hace un tiempo y lo cierto es que es agradable, aunque a veces se me olvide valorarlo.
Mis sentimientos llevaban demasiado tiempo inestables, lo han sido toda la vida pero hubo una época en que aun lo fueron mas, hasta extremos demasiado altos como para soportarlos sin acabar herida, aunque yo lo soportaba igual. Siempre he sido buena cuando se trata de sobrevivir, vivir se me da peor.
Así que ahora, la calma. Como cuando el mar esta tranquilo de madrugada y el agua refleja el color de la luna.
Hay pequeñas olas que se materializan de vez en cuando, no sería un mar si no fuera así, pero después todo vuelve a estar tranquilo.
Así que yo me siento con mi copa de champán a disfrutar de la calma, de mi calma. Por fin he parado, ya puedo sentarme y verlo todo desde la distancia, maravillarme de la profundidad del universo y de todas sus cosas.
Cuando aperece alguien a quien conseguimos amar, lo disfrutamos. Yo soy la primera que siempre me lo he permitido.
Porque no disfrutar ahora de esta calma, tan nueva para mi? Quizás es mas complicado de lo que muchos creen, y agradable. La paz es realmente agradable.
También me gustan las pequeñas olas, suaves dulces acompañadas de besos, orgasmos, conversaciones interesantes, y risas en algunos bares que dan vida al placido mar.
Me gusta esta etapa, me gusta esta sensación.
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