Diario de una psicóloga.

- Llevaba tiempo estudiando estos sujetos. Vivían un amor insano en todas sus relaciones de pareja y muchas veces, de amistad. Podríamos llamarles: Dependientes emocionales, si queréis etiquetas. Gran parte de mis sospechas iban relacionadas con su manera excesiva de alimentarse con el amor que sentían hacia otra persona. La mayoría lo hacían para esquivar su soledad, su falta de afecto familiar, o para no enfrentarse con ellos mismos y sus episodios pasados mal cerrados convirtiendo así a su amado o amada como el único centro de sus pensamientos, sentimientos, objetivos y rutina. Es decir, la otra persona era su único foco, anulándose así a si mismo y sus tantas cosas interiores que así ya no prestaba atención.

El amor con su pareja no era un compañero sano de viaje sino un todo. Teniendo en cuenta que el amor es uno de los estímulos mas gratificantes que conocemos hoy en día , que ofrece tanta mezcla de sentimientos y vivencias un tanto extremas, y que esta bien visto por la sociedad, engancha. 

Me atrevería a decir que esta una de las enfermedades de moda del S.XXI, el amor insano y la depresión.

Si hiciéramos caso a estadísticas podríamos enfocarnos en algunos patrones mas o menos claros de personas que tienden a vivir el amor de una manera incorrecta: Personas inseguras, obsesivas, con problemas de identidad, compulsivas, con una educación de sus padres pésima, etc. 

Así que cuando amemos, planteémonos si lo hacemos bien.

Dejo un texto de lucía Etxebarría que lo define muy bien por si hay alguna duda o no ha quedado claro:

" La sociedad está plagada de yonquis del amor. O, más bien, yonquis de un muy particular concepto de amor que no tiene nada que ver con la idea de una relación libre, sana, consensuada y mutuamente respetuosa entre dos personas, sino con la de un enredo agotador y tormentoso que perjudica en principio al bienestar emocional y, por fin, a la salud e integridad física. en ese sentido, el amor es la droga más dura. "