sábado, 25 de agosto de 2012

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Me siento en el escritorio y me tiemblan las manos, llevo demasiado tiempo sin escribir. Ya no me acuerdo ni como se hacia, creo. Pero muevo mis dedos y vuelvo a sentir la magia que me da el deslizarlos encima de un papel. Soy tremendamente feliz cuando me das la mano fuerte y siento como todo se mueve por dentro, cuando nos besamos en el oceano o me sonries pícara. Y aún así siento nostalgia. De mi individualidad.
De mis textos amargos y vacíos, de las horas muertas llorando encima de un papel desgastado. 
Puede que se me haga grande estar enamorada o a veces me resulte demasiado aburrido, pero aún así no puedo dejar de estar contigo. Es una mezcla estraña. 
Aunque no te voy a dejar ir. Exprimire la felicidad como se hace con las mejores naranjas, te dare la mano debajo la ducha con valor para mirarte a los ojos y seguire abrazandote por las noches, tu me haras masajes en los pies.
Dentro de mis dudas siempre estas tu. Y esto es lo que quiero ahora. 
Ni siquiera mi cabeza conseguira separarme de ti.

Aunque siempre marque mas una lagrima que una sonrisa.