miércoles, 8 de febrero de 2012

Esos demonios internos

Todos tenemos miedo a enfrentarnos a nuestros verdaderos demonios, hay miedos que consiguen arrastrarte.
La mayoría los dejamos ahí y no les hacemos caso , quizás algún día se irán.
Si los sacudes, si rozas la herida que jamás se volvió cicatriz te vuelves mas vulnerable.
Estas desnuda para que esos demonios puedan comerte, en vez de al revés.

Pero hay algunas veces que debe sangrar, debes dejar que salgan fuera, debes entenderlos, debes gritarles: Creéis que podréis conmigo?
Entonces ya no sera una herida que rozas a veces cuando te pones un jersei, sino una cicatriz.
Nunca dejará de formar parte de ti pero no dolerá, solo te recordara viejos tiempos cuando la acaricies y todo entonces estará bien.

Y quien dice que no podamos aprender de cada cicatriz? Aprenderás cuando ganes la batalla y eso te hara tan invencible que seguramente, valga la pena.
Se que me levanto todas las veces que caigo, y a cada despertar soy mejor persona.

Y que todas las batallas pueden ser ganadas incluso las que parecen eternas.





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