lunes, 13 de febrero de 2012

Ensayo

Siempre he sido una persona algo alocada, debo llevarlo en los genes o algo así.
Vivía mi adolescencia de aquí para allá haciendo cosas que no deben hacerse a esa edad, tomando metanfetamina en raves, desobedeciendo a mis padres porque no entendía sus normas y entonces no las acataba.
Yo siempre he sido mi ley.
Iba donde quería ir sin pensar en las consecuencias, no tenía ningún límite y los traspasaba todos.
Como esa tarde que me dejaron una moto robada y  fui a buscar a la chica que me gustaba y la lleve donde ella quería, fue paraíso. Mas tarde subió una amiga y viajando me puse en carril contrario y acabé delante de la oficina de policía, en la boca del lobo.Y temblé de miedo, me paralice literalmente.
Me quede quieta, sin saber que hacer hasta que ella me gritó: Arranca! y ahí desperté, puse la moto en marcha y sonreí, dejaba el peligro atrás...


Solía conducir motos que no eran mías sin carnet, me drogaba noches seguidas sin pudor, me juntaba con camellos, acababa en casas que no eran la mía y solo tenia 16 años.
Pero eso si lo tenía y lo tengo, hay gente que me atrae de entrada y cojo y me dejo llevar, y me da igual su clase social, edad, el sexo. Las personas tienen que despertarme algo porque sino las rehuyo, me aburren.
Me da igual si es el más empollón o el más macarra si viste Prada o un chándal del súper, las mentes me mueven, y me mueve lo que ellos sean capaces de despertar en mí. 

Hice locuras inimaginables, solo abrir los ojos por la mañana ya buscaba estímulos, estudiar no me llenaba y ese vacío solo se llenaba con mi locura, haciendo campanas a las 8 de la mañana por ejemplo. Si, con mi café  y papel y lápiz me sentía mejor y mas libre que en la cárcel que eran para mi las clases.
Y todos tenían un rumbo y estudiaban y lo bueno es que eso les hacia sentir bien, pero yo no, yo era distinta y quizás me torture por ello mas de lo que en ese día me deje ser consciente.
Era camello y era buena, nunca estaba en casa y bebía calimocho por las tardes en esa plaza que ya era nuestra, escribía letras pues era necesidad. Escribir para mi era como respirar, y mi inseguridad hacia que esas letras las cantara y quisiera aprobación.
La que nunca tuve y la que inevitablemente sigo buscando y que a veces encuentro.
Fallé en muchas cosas aunque no me arrepienta de ninguna, hice mucho daño y me lo hicieron, corrí corrí siempre corrí sin mirar atrás.Así vivía, absorbiendo cada momento y cada situación para volverlo sentimiento  y así me sentía grande, el mundo era una melodía y la vida un juego en que yo era la protagonista y llevaba los mandos, llevaba a la gente y a veces la gente me llevaba a mí. Sorprendía, llenaba, gustaba, siempre fui especial.
Pero pocas veces me sorprendían y me llenaban a mi, a veces la gente puede ser tan superficial.. así que cuando encontraba alguien que era especial me dejaba llevar sin pararme a ver nada mas.
Fui medianamente feliz pero por lo menos,  FUI.


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