domingo, 1 de abril de 2012

La luna

El mejor momento para un escritor es la noche. 
Miles de veces dejaba su cigarro a medias porque le aparecian imágenes de la nada que quería transformar a letras, en papel. Incluso había veces que se despertaba en mitad de la noche, sudorosa y poseída escribía sin parar hasta que la luz se filtraba por su ventana y entonces era cuando se daba cuenta que había consumido las horas en tinta, como si la luz la despertara de un largo trance. 
Y perdía el día durmiendo, no veía los colores vivos,por sus ansías, nada ahí fuera era mejor que lo que sus historias le transmitían. Nada excepto las mujeres, pero dudaba que elegir entre sexo o tinta.
No cabe duda, pues, que el insomnio es una buena herramienta para quien ama contar historias, y las que ella creó siempre fueron mejores con la influencia de la luz de la luna. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario