miércoles, 6 de junio de 2012

Tatuarse

Había llegado el momento de tatuarse. Yo lo llamaba la purificación de las malas energías. Iba a ser todo un ritual y estaba muy nerviosa. Ya llevaba dos cafés sin dar crédito a lo que hacía. - A ver gilipollas, los cafés te pondrán aun mas nerviosa. 
No importaba, no paraba de dar vueltas esperando mi turno con el sol quemándome la espalda. Sabía que dejaba una etapa atrás y estaba mas nerviosa por eso, que por el dolor en si. Respira hondo: uno , dos , tres. Puedes obsesionarte ahora, pero es la última vez. Te doy esta tregua, no mas. 
cuatro, cinco, seis. Se iba acercando el momento y estaba cada vez mas histérica. Entraba de la tienda, salía, hablaba con la tatuadora , le contaba que quería decir mi tattoo. bla bla bla. Solo hablaba. Hablo mucho cuando estoy histérica. Y aquel que no me escuchaba, lo dejaba allí plantado. NECESITABA hablar.Siempre he sido una gran superviviente aunque tenga que hacer lo que sea para ello.Y lo que sea es lo que sea.
Se acerca el momento: Mire! te toca. Me chilla mi tio. Claro, el tan tranquilo. Todos tan tranquilos. No se imaginan ni por un momento lo que con esto estoy dejando atrás. Doy un paso, doy otro. Entro en el local con el pie derecho, dicen que da suerte y veo al tatuador. Ese artista. Porque lo es en toda su pureza. Eso me da seguridad. Me tumbo, me mira. - Ya te he visto antes verdad? Si... estaba tomandome un chupito de limonchelo al lado tuyo , ya sabes, los nervios. - Mujer, no pasa nada. - Yo también soy artista sabes? Creo serlo, por lo menos lo intento. Por eso me tatuo. 
Y me hace el dibujo con lapiz rojo. Y me maravillo de su arte, porque hay que valorar a todo aquel que lo hace bien. Lo felicito, ha clavado lo que quería - creía que no lo conseguirías sabes? soy muy exigente. - Pues vaya mierda reto. 
Me sonríe.
Oigo el ruido de la maquina. tzzzz tzzzzz tzzzzz. No siento miedo, siento paz. Ha llegado el momento de sacar fuera todo lo que me ha echo sufrir, de darle un homenaje, un entierro, un luto ,un adiós.
Mi tío me da la mano desde detrás. El siempre esta ahí , el siempre a estado ahí. Yo no digo nada, pero agradezco el cariño. Agradezco que sea mi tío y cada día estoy mas orgullosa de el.
El tatuador me habla. Me cuenta historias que me parecen interesantes y me dice que crea mas en mi, que para escribir solo se necesita boli y papel. Decido que este consejo se me quedara grabado en las retinas. Y me da algunos mas, esos los guardo para mi. Es un gran hombre y estamos compartiendo un gran momento. Hay una conexión especial. El lo nota y yo también. Hay pocas personas así de especiales y libres en el mundo. Esta grabando a tinta su arte en mi, para siempre. Y me parece mágico. Y siendo el aún mas. Cree en el arte, en los conocimientos, en la introspección, en viajar, en el sexo sin tabús. 


Al principio duele un poco , es molesto.Luego mi cuerpo va creando endorfinas por el dolor y ya empieza a no dolerme, incluso me gusta. Cierro los ojos disfrutando de este momento tan mágico. Un ritual que es solo mío y que lo comparto con el. 
Noto como me "hiere" la piel y me repito a mi misma: Con lo que has sufrido y has salido esto no es nada, pequeña. Es un dolor agradable, es hacerse un tattoo.
Hasta que acaba y me dice: Míralo.
Lo veo. 
Me emociono de una manera como jamás lo había echo, es distinto esta vez y se me cae una lágrima. 
Quiero llorar, el me dice que lo haga pero me da demasiada vergüenza y es una mierda porque me hubiera gustado hacerlo. 
Le doy las gracias y lo abrazo. Le digo que es un artista y el me dice que no deje nunca de lado mis sueños. 
Eso es imposible,le digo.Lo llevo tatuado en mi brazo para que jamás se me olvide. No como unas cadenas, sino como la bendición de tener un don.


Salgo de allí sonriendo.Todos me miran el tatto y se vuelven locos de lo que les gusta, nos hemos tatuado a la vez y lo mismo, estamos unidos por un infinito, porque la familia es para siempre y aunque estemos cada uno a millas de distancia estaremos unidos por tinta y  por sangre. 
Me siento orgullosa de mi misma, me siento orgullosa de ellos, me siento feliz por vivir y llamo a mi novia. Quiero compartir ese momento con ella.
Me lío un cigarro y me voy al banco de al lado a fumar sola. Necesito un momento mío para canalizar toda esa energía y esas sensaciones, que suben y bajan. 
Respiro hondo y respiro humo. Estoy nerviosa pero me siento bien. 
Y ahí es cuando me doy cuenta de que acabo de vivir una de las mejores experiencias fisicas y sensoriales de mi vida. 


Y doy las gracias a no se que por haberlo conseguido.
Ya nada me parará. 




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