martes, 19 de junio de 2012

Reflexiones

Era feliz. Era feliz hasta cuando ella misma se lo permitía. Y sorprendentemente llegaba a serlo muy a menudo. Pero en su mochila aparte de las piedras de siempre estaba su pasado. Las tenia en cuenta, a las dos. A esa parte de su vida que no había cerrado con llave. Existían en su mente aunque no las viera. 
Porque ellas no se atrevían a estarlo y ella no se dignaba a aparecer. Y por eso de vez en cuando se le aparecían en frases y momentos y no era odio, era melancolía de esa sana disfrazada de una indiferencia falsa. Era una chica que cerraba etapas y aun había ciertas cosas que no estaban cerradas como debían .
En armonía sabes? Como todo lo demás. Que pensarían si apareciera? 
Todo le iba bien. Demasiado bien quizá.
Iba creciendo, mejorando. Amándose. Repelaba la envidia y amaba el valiente. Abrazaba quien lo merecia y se iba haciendo fuerte. Pero esas puertas mal cerradas seguían estando ahí y aparecían de vez en cuando.


Así que abra que hacer caso a eso que dicen todos: El tiempo todo lo cura....

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