Le decía amor, le llamaba cariño.
Si se iba la echaba de menos pero no sabía muy bien que sentía.Le cogía la mano y dejaba que se la llevara y absorbían paisajes juntas y si pensaba en otras cosas intentaba callar las voces, la cogía mas fuerte de la mano y olvidaba olores pasados.
Ella olía bien.
Si le respondía con un beso se sentía mejor, la ansiedad se alejaba.
Estaba acostumbrada a vivir entre dos mares, porque esta vez sería distinto? Que había cambiado y cuando iba a cambiar?
Estaba condenada para siempre y cuanto antes lo asumiera, mejor. Era feliz y sonreía pero había un hueco en ella que jamás se lleno. Quizá es que necesitaba pensar en algo malo para que todo funcionara. La cuestión era rallarse y daba igual con que o como. Sino algo dentro de ella se sentía solo, algo faltaba.
Y Quería llenar ese hueco, pero no sabía como. Alguna vez lo conseguía pero jamás en otros labios.
Había horas que no pensaba en el, no pensaba en nada.
Pero que va, volvía.
Esa jodida sensación no se iba. Siempre volvía a visitarla otra vez. Estaba tan acostumbrada a ella que la callaba con whisky y redbull y a la resaca siguiente, dios dirá.
" Nadie entenderá jamás a esta cabecita loca, solía decirse. Ni siquiera yo misma me entiendo, joder" Pero siempre ese vacío.
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